TIERRA Y TECNOLOGÍA Nº 59 | DOI: https://dx.doi.org/10.21028/flo.2022.03.23 Autor: Fabian Luis López Olmedo Geólogo colegiado nº 274


Recientemente el prestigioso periódico francés “Le Monde” ha incluido al pueblo de Riglos como uno de los más bonitos del mundo y de entre los mejores de Europa a los que viajar en el 2022, situándolo en el séptimo puesto del listado elaborado. Esta localidad aragonesa se localiza en la provincia de Huesca, concretamente al noroeste de la comarca denominada Hoya de Huesca y ese diario la presenta como “una joya con monolitos gigantes, reino de las aves rapaces, que atraen a escaladores de todo el mundo a la provincia española de Huesca» y además añade que «Riglos es un lugar indispensable para visitar en invierno, ya que podrás encontrar sol en un paisaje novelesco plagado de almendros, robles verdes y olivos». Así es como empieza el artículo en el periódico galo.

Esta localidad de Aragón, de poco más de 200 habitantes, ocupa ese puesto en el ranking de viajes de este año en ‘Le Monde’. Sin ninguna duda, su principal atractivo es es la naturaleza  geológica que lo preside: los «Mallos», terminología utilizada para designar a los impresionantes monolitos de conglomerados calcáreos de paredes verticales que como centinelas gigantes junto al pueblo llegan a alcanzar los 300 metros de altura. El periodista Bénédicte Boucays, autor del artículo escribe de ellos que «Estas formaciones geológicas recuerdan a edificios construidos por el hombre, mezclando piedras, argamasa y arcilla. No dejan a nadie indiferente. La primera vez que las ves desde la carretera te quedas asombrado, atónito. Te preguntas si son reales«.

La población de Riglos junto con otras de la región, forman parte del que en su día fue denominado el “Reino de los Mallos” y cuyo origen está en el momento que el rey Pedro I de Aragón en el año 1097 entrega a Berta, su segunda esposa, una dote conformada por un pequeño territorio al pie del Prepirineo oscense que incluía a las localidades de: Agüero, Murillo de Gállego, Riglos, Marcuello y Ayerbe, así como algunos bienes en la Hoya de Huesca a orillas del río Flumen. Cuando Pedro I muere, el trono aragonés pasa a su hermano Alfonso I el Batallador que lo mantiene como tal, haciendo gala el propio rey de que dentro de su reino de Aragón existía otro pequeño “reino”.

Es precisamente en las tres primeras localidades del citado Reino donde se reconocen y pueden observarse estas formaciones geológicas: Agüero, Murillo de Gállego y Riglos, siendo sin duda en esta última donde estos tienen un valor paisajístico más impactante, motivo por el cual ha sido objeto de la citada denominación periodística. No obstante el entorno natural y su patrimonio histórico convierten a estos pueblos en lugares con un encanto especial que sin duda alguna no dejarán indiferente a nadie que los visite.

El Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma de Aragón aprobó el Decreto 174/2016 de 22 de noviembre, por el que se declaraba “Monumento Natural a los Mallos de Riglos, Agüero y Peña Rueba”, estableciendo además un régimen jurídico de especial protección. Para ello y tal como en él se expresa, “se ha tenido en cuenta su elevado interés natural y paisajístico constituido por formaciones geológicas singulares, con rasgos geomorfológicos notables y son merecedores de una protección especial”. El ámbito territorial comprende una superficie total aproximada de 189 Ha, distribuidas en tres recintos correspondientes a los términos municipales de Las Peñas de Riglos, Murillo de Gállego y Agüero y el área de influencia socioeconómica de tal denominación queda delimitada a esa superficie. Asimismo, los tres recintos definidos para su declaración como monumento natural han sido incluidos en el Catálogo de Lugares de Interés Geológico, creado por decreto del Gobierno de Aragón, estableciéndose también un régimen de protección.

Foto1. Vista general de los Mallos y de las localidades de Murillo de Gállego y Riglos

La localidad de Riglos se ubica en la parte alta de la margen izquierda del valle del río Gállego y destaca por sus casas blancas y un callejero algo tortuoso, estrecho y escalonado. Los Mallos que la dominan, que reciben nombre como el Puro, el Pisón, el Visera y el Fire adquieren en la caída del sol,  un llamativo y espectacular color rojizo, que contrasta con el blanco de las casas que se sitúan a sus pies.

Esta zona también es un paraíso para los amantes de las aves rapaces que tienen su hábitat en las múltiples oquedades que se producen en esos roquedos. En su mayoría son rapaces protegidas y pueden verse sobrevolando el territorio, especialmente desde el Mirador de los Buitres, balcón privilegiado por sus vistas aunque algo alejado de la localidad.

EL ORIGEN DE LOS MALLOS

El término Mallo como ya se ha expuesto es una denominación local aragonesa que describe una morfología desarrollada sobre rocas sedimentarias detríticas tipo conglomerados de aspecto masivo y de zona proximal a los relieves en relación al medio sedimentario en el que se depositaron. Estos conglomerados, a veces aglomerados, están formados por cantos calcáreos subangulosos y subredondeados, se encuentran fuertemente cementados, son de coloraciones rojizas y llegan a alcanzar espesores de más de 300 metros, presentando paredes verticales, generalmente orientadas hacia el sur, dando lugar a monolitos aislados y/o morfologías tipo pináculo, favorecidas frecuentemente por la red de fracturación que afecta a estas rocas.

El origen de los Mallos se encuentra directamente relacionado con la formación y estructuración de los Pirineos durante la Orogenia Alpina. Los conglomerados que los componen, pertenecientes al Grupo Uncastillo corresponden a depósitos de un sistema de abanicos aluviales, que se localizaban al pie de los relieves pirenaicos de las denominadas Sierras Exteriores, generados por el levantamiento orogénico en el límite con la Cuenca del Ebro. Este proceso culminó a principios del Mioceno, en el Ageniense, hace unos 22 millones de años.

Los Pirineos es una cadena de doble vergencia que surgió como consecuencia de la colisión entre la placa Ibérica y la Euroasiática y que se extiende más allá del actual istmo geográfico entre España y Francia, e incluye la actual Cordillera Cantábrica, motivo por el cual muchos autores a todo el conjunto lo denominan Cordillera Cántabro-Pirenaica, diferenciándose zonas para su estudio simplemente por su localización geográfica.

La convergencia de placas a finales del Cretácico conlleva al inicio de la estructuración de la cadena, produciéndose en la región una aloctonía de las unidades hacia el sur, es decir hacia la cuenca de antepaís, lo que es la actual Cuenca del Ebro. Las unidades frontales más meridionales en este sector constituyen lo que se denominan Sierras Exteriores constituidas por materiales mesozoicos del Triásico, Jurásico Inferior, Cretácico Superior y Eoceno (Fms. Guara y Pamplona-Arguis), todas ellas de origen marino, emergiendo e instalándose un régimen continental a partir del Eoceno superior-Oligoceno (Grupo Campodarbe), quedando todo el conjunto deformado por pliegues, mantos y cabalgamientos de vergencia meridional y de diferente rango y aloctonia.

A nivel estructural las Sierras Exteriores están caracterizadas por un sistema de pliegues norte-sur a los que se superponen pliegues y cabalgamientos con la dirección estructural dominante, es decir la ONO-ESE y relacionadas con las estructuras cabalgantes sobre la Cuenca del Ebro, quedando registrado el crecimiento de los pliegues submeridianos en discordancias progresivas en los depósitos del Eoceno medio-superior, mientras que las otras estructuras lo están con el emplazamiento y emersión de las láminas cabalgantes sobre la Cuenca del Ebro en el Oligoceno y Mioceno inferior.

Foto 2. Contacto entre conglomerados miocenos (Gr. Uncastillo) y las Sierras Exteriores

Una vez prácticamente estructurada la cadena y creado un importante relieve, la deformación continúa aunque en menor grado y en su margen meridional, a comienzos del Mioceno (Ageniense). Los materiales que se sedimentan en la cuenca sedimentaria adyacente por el sur tienen un carácter sinorogénico y son cabalgados por las mismas unidades que se desmantelan. De esta forma comienza a configurarse un límite neto con la Cuenca del Ebro mediante la instalación de un régimen continental formado por un conjunto de abanicos aluviales coalescentes, con sus ápices situados en los relieves de las Sierras Exteriores y sobre un área aun activa y con una fuerte subsidencia.  Debido a su carácter sinorogénico, depositándose a medida que se producía la deformación tectónica, los conglomerados de los Mallos muestran unas espectaculares geometrías de discordancias progresivas en abanico que pueden observarse en le LIG denominado ““La puerta del Pirineo” (foto 5).

Estos conglomerados corresponden a las facies groseras del Grupo Uncastillo y delimitan el borde de la cuenca de antepaís del frente surpirenaico meridional, es decir marcan el contacto entre las Sierras Exteriores y la Cuenca del Ebro, conformando los primeros relieves prepirenaicos en este sector. Estos materiales conglomeráticos se encuentran fuertemente cementados y son muy potentes, localizándose a lo largo de una larga franja este-oeste paralela a la cadena y se disponen  generalmente discordantes adosados a los relieves mesozoicos y paleógenos prepirenaicos de las Sierras Exteriores o cabalgados por los materiales que conforman dichos relieves. En la zona en concreto y debido a los procesos de erosión y denudación subaérea, a la instalación de la red fluvial y al encajamiento de esta a lo largo del Cuaternario, han dado lugar a la creación del relieve actual y en particular a la morfología y formas caprichosas de los denominados Mallos objeto de esta reseña.

Foto 3. Vista de Peña Rueba y de los Mallos de Riglos. Al fondo las Sierras Exteriores

CÓMO VISITAR LOS MALLOS

La localidad de Riglos es el mejor punto para visitar y conocer estas morfologías, certificadas paisajísticamente por ‘Le Monde’. Se localiza en la margen izquierda del río Gállego, a 45 kilómetros de Huesca, siendo el mismo pueblo el mejor punto de partida para conocer y hacer un recorrido. El citado diario recomienda la ruta “mágica” de senderismo que los circunvala y que es conocida como ‘El camino del cielo’. Se trata de una travesía circular de unos 5,4 km, con un tiempo estimado de 2,5 horas, apta para todos los públicos y muy recomendada para los amantes del senderismo y de la naturaleza, escaladores y por supuesto para los profesionales o aficionados relacionados con las Ciencias de la Tierra. A lo largo del itinerario hay varios miradores que permiten admirar la belleza del paisaje y para los geólogos resultan muy interesantes para poder observar las características geologícas de la zona.

Foto 4. Espaldar de los Mallos vistos desde uno de los miradores de la ruta circular

Antes o después de realizar el itinerario circular se recomienda visitar el Centro de Interpretación de las Rapaces de ARCAZ con particular dedicación al buitre leonado,  siendo impresionantes y únicas las vistas panorámicas que muestran al conjunto formado por los Mallos y el casco urbano.

La localidad de Murillo de Gállego, situada a poca distancia de la anterior, está formada por un irregular entramado de calles que se han sabido adaptar perfectamente a la morfología del terreno y en lo alto, cerca de la plaza, se localiza un Punto de Interés Geológico debidamente señalizado, desde cuyo mirador se pueden llevar a cabo observaciones tanto sobre los conglomerados de Peña Rueba como sobre los Mallos de Riglos y las Sierras Exteriores, así como también sobre el valle y el encajamiento del río Gallego, sus terrazas y su transcurrir por este sector.

Este lugar recomendado, forma parte del punto de inicio o final de la denominada “Ruta Geológica Transpirenaica Aspe-Alto Aragón”, transversal norte-sur del Pirineo, del que existe una guía editada y que se realiza en vehículo entre Francia y España que incluye paradas o puntos de interés geológico en carretera debidamente señalizadas y con paneles explicativos. En esa guía han participado diversos organismos franceses y españoles subvencionados por la Unión Europea y entre los que están por parte española el Gobierno de Aragón, la Universidad de Zaragoza y el Colegio Oficial de Geólogos así como diversos Ayuntamientos de la región (Jaca, Villanua, Castiello y Asía). http://rgtp.geolval.fr/home.php

Foto 5. Contacto entre los Mallos de Riglos y las Sierras Exteriores desde el Lugar de Interés Geológico situado en el pk42 de la A-132 e informalmente denominado “La puerta del Pirineo”

En las proximidades de Murillo de Gállego y en el límite con las Sierra Exteriores, junto al cauce del río Gallego, en la carretera A-132 en dirección al Pantano de la Peña y en el pk42 aproximadamente, existe un interesante y segundo Punto o Lugar de Interés Geológico al que hace referencia también la citada guía y donde se puede observar la estructura de las Sierras Exteriores y el contacto de estas con los conglomerados de los Mallos, ilustrado con un claro y excelente panel explicativo En este sector además se pueden llevar a cabo otras observaciones estratigráficas y estructurales en los taludes de la carretera, aunque siempre guardando las normas y requisitos que este tipo de paradas conllevan.

Por último la localidad de Agüero está situada más al oeste, a unos 8 km de Murillo de Gállego y se accede desde la A-132 en dirección Huesca tomando un desvío debidamente señalizado. Cuando se visualiza la citada población y por encima de ella se reconocen también morfologías de Mallos, que corresponden a la misma formación conglomerática que en Riglos (Grupo Uncastillo) y por lo tanto, las formas resultan similares por lo que son también objeto de escalada. Al igual que en las localidades anteriores se puede observar en el espaldar  el contacto de estos materiales con las Sierras Exteriores.

Foto 6. Panorámica de los Mallos de Agüero

Los Mallos de Agüero cuentan también con una ruta circular de unas 2 horas de duración que comienza en el pueblo, en la vertiente sur, cerca del camping y transcurre por encima de una antigua conducción de agua por la parte alta de la margen izquierda del barranco de la Rabosera también conocido como el barranco de Agüero. En este itinerario se puede observar también el plegamiento y la deformación de los materiales de las Sierras Exteriores y su contacto con los conglomerados suprayacentes, también deformados,del Grupo Uncastillo. Este paraje está también catalogado como uno de los Lugares de Interés Geológico de Aragón. El recorrido de descenso de la ruta permite reconocer y observar las características de estos Mallos en esta localidad, muy similares a los de Riglos.

QUÉ VER EN RIGLOS Y ALREDEDORES

Al margen del interés geológico y paisajístico tanto de los Mallos como de su entorno, existe una riqueza arquitectónica, principalmente del arte románico aragonés en los pueblos referenciados y de su entorno próximo y que conforman parte del patrimonio del que fue denominado Reino de los Mallos

Así en Riglos entre los caseríos del pueblo destaca la pequeña ermita románica de San Martín (siglo XII), muy sencilla, de una sola nave, Más arriba, casi tocando la base de los Mallos, la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Mallo, donde se veneran dos vírgenes románicas: la virgen del Mallo y la de Carcavilla.

En Murillo de Gállego destacan la iglesia parroquial de La Virgen de La Liena y los restos de una necrópolis medieval situada al pie de ella. También y junto a la plaza se sitúa la iglesia de San Salvador del siglo XI, catalogada como Bien de Interés Cultural por ser uno de los iconos del arte románico aragonés, que predominó en la zona en los siglos XI y XII. Muy cerca, aunque más al sur en la carretera A-132, en la pedanía de Concilio, se encuentra otra ermita de estilo románico, La Virgen de Concilio, que está igualmente catalogada como la anterior.

Finalmente en Agüero es esta la iglesia parroquial de El Salvador y sobre todo en sus proximidades se localiza la iglesia románica de Santiago, joya arquitectónica del siglo XII, cuyo acceso está debidamente señalizado y es fácilmente accesible desde la carretera.

DÓNDE COMER Y DORMIR EN RIGLOS Y ALREDEDORES

En cuanto a la oferta gastronómica  el número de locales de restauración en Riglos es relativamente reducido, pero de buena calidad. A la entrada y junto a la carretera se encuentra el Bar de Riglos, que ofrece comidas y cenas. También otra de las opciones está en el Refugio de Riglos, con una carta variada que incluye menú y además cuenta con habitaciones para alojarse. La Casa Roseta y la Casa Escaleretas forman parte de la oferta de alojamientos en el pueblo.

En Murillo de Gállego existe una mayor oferta hotelera y en algunos de ellos se puede comer o cenar, como p.e en Casa Yeste o en el Hostal Los Mallos ambos junto a la carretera o en el Restaurante del Camping Armalygal. Para dormir se encuentran el Hotel Spa Aguas de los Mallos de cuatro estrellas con vistas panorámicas a los Mallos de Riglos. En el mismo pueblo están la Casona de la Reina Berta, la Real Posada de Liena y una serie de Casas Rurales como La Abadia del Salvador, Casa Loriente, Casa Leandrón y Casa Natura Jordan y fuera ya cerca del río el citado Camping con bungalows.

En Agüero la oferta es algo más reducida y se puede comer y dormir bien en el Camping  municipal Peña Sola y/o en el Hostal la Costera así como en la Casa Rural Mallos de Agüero

Finalmente y a título de curiosidad cada 23 de abril festividad de San Jorge, tiene lugar el «descenso de navatas», que rememora la bajada de los navateros por el río Gállego, que trasladaban troncos de madera desde el Pirineo hasta el llano aprovechando las aguas del río, espectáculo recomendado y que no debe perderse si por esa fecha se visitan los Mallos.